martes, 27 de marzo de 2012

Just light me up when I'm down.

Esas ocasiones en las que solamente te hace falta escuchar palabras o leer letras de esa persona. En la que necesitas ver la luz tras toda la oscuridad que aguarda en tu mente. Cuando simplemente hace falta que te digan que todo irá bien, porque tú te lo mereces. En esos momentos es cuando una chispa que se convierte en llamarada recorre nuestro cuerpo como un soplo de esperanzas e ilusiones que te hacen seguir teniendo ganas de recorrer todo el camino que espera. Es, simplemente, que necesito que me ilumines cuando estoy en el fondo. Que me abras los ojos, que me hagas creer que hay algo por lo que seguir luchando, aunque sea del tamaño de un grano de arena. Claro que vendrán tiempos mejores, pero mientras estoy en la espera, un rayo de felicidad no viene nada mal. Y más, cuando eres la persona más impaciente del mundo respecto a la felicidad. Ya lo sé, no tengo que disfrutar del final, sino del camino hasta este. Pero mientras recorremos este camino, ¿A qué no sobraría otro momento de locura espontánea?

jueves, 22 de marzo de 2012

Reflexiones, reflexiones...

Reflexiones. Esas tardes, noches, días... que gastamos dándole vueltas a una sola cosa en nuestra cabeza. Que de tantas vueltas que le damos, salimos heridos o queremos simplemente dejarlo pasar sin que cause efecto. Esos días en los que pensamos demasiado y lo que necesitamos es, simplemente, dejar de pensar por un momento. Dejar la mente en blanco y que solamente se inunde de música o recuerdos felices. Yo, una chica del montón, nada especial, alias desecho humano desde tiempos inmemoriales, soy de ese tipo de persona. Le doy millones y millones de vueltas a una minúscula cosa en mi cabeza. Y cuando termino con ella y tengo el daño hecho, empiezo con otra. Así sucesivamente. Obviamente acabo agotada. Sin ganas de nada. Sin ganas de ser. Sin ganas de vivir. Solamente con ganas de quedarme en la cama toda mi vida esperando a que llegue mi hora. Pero he llegado a la conclusión de que así no se puede seguir. Tengo que salir, comerme el mundo, ser quien quiero ser, actuar como quiero actuar. Ser yo misma. ¿Y qué si soy un desecho humano? Al menos seré un desecho humano que se morirá tranquila por haber sabido vivir y haber vivido experiencias que muchos nunca vivirán. No me hace falta que me digan lo que soy. Sé lo que soy, como soy y como quiero llegar a ser. ¿Soy fea? Lo se. ¿Soy impaciente? Lo se. ¿Me infravaloro? Lo se. No necesito a nadie que me diga qué hacer o cómo ser. Para eso ya estoy yo. Dueña de mi vida y de forma de ser. Y por supuesto que me deprimo por ser como ser. ¿Quién no? Pero después se continuar sin daños colaterales muy graves. Aunque haya tenido algunos a lo largo de mi vida. Con esto quiero venir a decir, da igual que seas Betty la Fea, como yo, un orco o un Muggle. Da igual. Si sabes como vivir y de qué manera llevar tu vida, estarás satisfecho cuando llegue tu hora.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Todo se basa en el presente.

Todo se basa en el presente. Un presente que después vemos pasado y que, la verdad, es mejor hacer lo que quieres. Porque sino después te preguntarás que podría haber pasado en vez de decir, hice lo correcto y no me arrepiento. Día a día me voy dando cuenta de que cada momento es único. Por ejemplo, ¿Volverás a pasar un momento como este, en el que estás leyendo esto, que sea exactamente igual que este? No. Esa es la respuesta. Sí, es triste, no volverás a vivir tu infancia, ni tu juventud ni nada de lo que ya haya pasado. Pero para que no te sientas triste, te quedan los recuerdos. Esos flash-back en los que tu mente retrocede a ese momento que tanto te gustó. Que te hizo feliz, o te hizo llorar. Si te hizo llorar, tranquilo, no fue en vano. Ahora mismo no volverás a cometer el mismo error y has aprendido de esa caída más de lo que tu crees. Todo viene siendo que disfrutes de este momento, de esta reflexión que estarás haciendo. Porque, ¿De qué sirve preocuparse por algo que ya pasó, o que pueda pasar? No podemos hacer nada para cambiarlo. Así que solo nos queda el presente. Estos días en los que cuando vuelves del instituto con el sol cayendo sobre tus mejillas sientes el calor y eso te hace sentir a gusto. Esos pequeños placeres, son los que nos podrán llevar algún día a la verdadera felicidad. Atentamente: Una vividora compulsiva.

lunes, 19 de marzo de 2012

No quiero enamorarme.

Y el caso es que no quiero enamorarme. No quiero sentir la sensación de que se te salga el corazón cuando lo ves, de que te quedes embobada mirándolo, de que cada vez que lo menciones se te enciendas las mejillas como si de soles estuviéramos hablando. No, no quiero. Todo lo bueno tiene algo malo. Y le tengo miedo a esa parte mala. A esa en la que se haya el rechazo, el temor, la tristeza. Toda esa mierda que me ha venido persiguiendo lo que llevo vivido. Quien no arriesga, no gana. Lo sé, y yo ya arriesgué bastante. Ahora toca que alguien arriesgue por mi. Ya me casé de las perradas que suele tenerme guardada la vida. Y por eso, no quiero volver a arriesgar. Ahora mismo he arriesgado algo, sin saberlo, eché un paso hacia delante y por ahora todo funciona. Esas sensaciones vuelven, y yo les tengo miedo. Soy una niña pequeña en una esquina de una enorme guardilla oscura en una noche de tormenta. No quiero moverme, pero quiero salir de ahí. Ya demostré al mundo que me preocupo por quienes me importan, ahora toca que alguien se preocupe por mi como yo he hecho anteriormente. No quiero decir que lo mande a la mierda, como la demás gente ha hecho conmigo. Ni mucho menos. Eso sería suicidar una pequeña parte de mi alma y de mi forma de pensar. Como partir un vaso por la mitad. ¿De qué sirve ahora, si no está completo? Yo hablo de ver que alguien se preocupa como yo lo haría. Y de que mi ser todavía no está completamente perdido y muerto por dentro.

martes, 13 de marzo de 2012

¿Te crees que el destino se encarga de todo?

¿Piensas que el tiempo decide? ¿Que el destino está escrito si algo tiene que pasar, pasará? Pues si piensas así quizás tengas razón. Pero si no lo haces, ¡Te felicito! Yo tampoco lo hago. Y realmente pienso que si algo no me gusta tengo la habilidad de poder cambiarlo a mejor. Nada está escrito y el tiempo no decide. Si quiero abrazarte lo hago, y no espero a que el tiempo me diga cuando, lo hago ahora y porque quiero. Si quiero ir y pasar la noche en la playa, lo hago, porque sé que los momentos nunca, y repito, nunca se repiten. Cada segundo de tu vida es inigualable, aunque no quieras. Las cosas son así, así va la vida y así seguirá yendo porque, es una de las pocas cosas que no se pueden cambiar en la vida hasta el momento. No tengas miedo a lo que pueda pasar, hazlo. Sino te estarás preguntando toda tu vida que pudiese haber pasa si lo hubieses hecho. No tengas miedo a lo que los demás puedan pensar o decir de ti. Algo es realmente bueno cuando tiene muchas repercusiones y se le hace muchísimo caso. NO TENGAS MIEDO. Ten siempre por delante esa frase. No dejes que el miedo te controle y haz realmente lo que quieras, cuando quieras y como quieras.