domingo, 8 de abril de 2012

Muchas preguntas, pocas respuestas.

Y es que yo las indirectas no las llevo bien. No se si estás riendo o simplemente estás pidiendo que nos vayamos. No si te atraigo, o simplemente eres así. No se si tus verdades son verdades o son mentiras. Muchos interrogantes sueltos y muy pocas respuestas en mis manos. Quiero hechos, quiero sonrisas, quiero caricias, quiero peleas, quiero besos, quiero gritos, quiero las cosas claras. No quiero cuestiones sino bases en las que apoyarme. Todo está hecho un lío ahora mismo. No sé que paso tomar, que hacer o que dejar de hacer. ¿Deja que el tiempo decida? ¿Por qué? Soy impaciente, ya esperé demasiado a algo que nunca llegó ni llegará. Ahora tengo derecho a saber las cosas. Aquí y ahora. No quiero más rayadas, ni horas pensando en lo mismo y haciéndome siempre las mismas preguntas. Por eso susurro, digo y grito que quiero respuestas. Tú las tienes y tendrás que soltarlas algún día. ¿Mi consejo? Hazlo ahora. Sin miedo, sin pensarlo. Lánzate al vacío que hay delante de ti ahora mismo mientras lees esto. Toma decisiones, ya sean correctas o incorrectas. Equivocarse, aunque no lo creas, entra en el guion que tenemos establecido. Al igual que las buenas decisiones. Hazlo. No lo pienses ni un minuto más. ¿El momento adecuado? Posiblemente no sea este, pero el carisma se haya en las imperfecciones, ¿no? Pues adelante.

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